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🌍Objetivo 11: Lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles

 

El Objetivo 11 pretende lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

ODS 11
Fuente; Un.org

ODS GIf ciudades sostenibles
Fuente:Un.org

Las ciudades representan el futuro del modo de vida global. La mayoría de la gente vive en ciudades y en el futuro todavía vivirán en ellas mucha más gente. Los datos lo corroboran.  La población mundial alcanzó los 8000 millones de personas en 2022, de las cuales más de la mitad viven en zonas urbanas. Y se prevé que esta cifra aumente ya que para 2050 el 70 % de la población vivirá en ciudades.


Aproximadamente 1100 millones de personas viven actualmente en barrios marginales, donde no hay servicios básicos como luz eléctrica,  agua corriente o incluso alcantarillado público.

En las últimas décadas, el mundo ha experimentado un crecimiento urbano sin precedentes. Hace 50 años, solo un tercio de los habitantes residía en ciudades. Hoy en día esta cifra asciende al 55%, y está previsto que en los próximos 30 años suba hasta el 70%. Ante esta realidad, lograr que las ciudades sean lugares cada vez más eficientes, pero también más habitables y sostenibles, es clave para el planeta y la humanidad.


Las ciudades atraen a las personas como un imán, y es que las áreas metropolitanas son centros neurálgicos del crecimiento económico, ya que contribuyen al 60 % aproximadamente del PIB mundial. Sin embargo, también representan alrededor del 70 % de las emisiones de carbono mundiales y más del 60 % del uso de recursos.

Ya sea por las oportunidades laborales y profesionales que ofrecen, por la gran cantidad de servicios de toda índole accesibles de manera inmediata, por su amplia oferta de ocio y cultura, o por la gran actividad que se “respira” en sus calles, lo cierto es que las ciudades son verdaderos centros de vida que acogen en la actualidad a cerca de 3.500 millones de personas, algo más de la mitad de la población mundial, según los datos aportados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Y esta cifra, lejos de decrecer, irá en aumento en las próximas décadas, ya que, en apenas 30 años, la ONU estima que las ciudades lleguen a albergar al 80% de la población mundial. Una cifra que no sorprende en absoluto, si tenemos en cuenta que en la actualidad ya hay países que han alcanzado ese porcentaje dentro de su territorio, como es el caso de España.

Ahora bien, a pesar de todas las ventajas que conlleva la vida en las ciudades, de sobra conocidas, esta intensa concentración de personas y el crecimiento desorbitado de las grandes urbes, también puede suponer una importante merma en la calidad de vida y un perjuicio para el medioambiente, si no se realiza una planificación urbanística sostenible al mismo nivel del gran desafío que las mega ciudades tienen por delante.

En este sentido, la ONU recuerda en su informe Ciudades y cambio climático, que las ciudades, a pesar de ocupar tan solo el 3% de la superficie terrestre, representan de media el 70% del consumo de energía global y son responsables de emitir el 75% de las emisiones de carbono.

El crecimiento urbano descontrolado, la contaminación atmosférica y la escasez de espacios públicos abiertos persisten en las ciudades.


Desde la implementación de los ODS en 2015 se han realizado grandes progresos y, a día de hoy, el número de países con estrategias nacionales y locales de reducción del riesgo de catástrofes se ha duplicado. No obstante, siguen existiendo problemas y, en 2022, solo la mitad de la población urbana mundial tenía acceso al transporte público.


No es posible alcanzar el desarrollo sostenible sin transformar significativamente la forma en que se construyen y gestionan los espacios urbanos.

¿Por qué no están las ciudades preparadas para el futuro?

La mayor parte del crecimiento urbano ocurre en ciudades pequeñas y pueblos intermedios, exacerbando las desigualdades y la pobreza urbana.
Se estima que, en 2020, 1100 millones de residentes urbanos vivían en barrios marginales o en condiciones similares y, en los próximos 30 años, se espera que otros 2000 millones de personas vivan en tales asentamientos, principalmente en países en desarrollo.

¿Cuáles son los retos más urgentes a los que se enfrentan las ciudades?


La desigualdad y los niveles de consumo urbano de energía y de contaminación son algunos de los principales retos. Las ciudades apenas ocupan el 3 % de la superficie terrestre, pero suponen entre el 60 % y el 80 % del consumo energético y el 75 % de las emisiones de carbono.


Asimismo, muchas ciudades son más vulnerables a los efectos del cambio climático y a los desastres naturales debido a su elevada concentración de población y a su ubicación, por lo que mejorar la resiliencia urbana es crucial para evitar pérdidas humanas, sociales y económicas.

¿En qué me afecta?

Con el tiempo, estos problemas afectarán a toda la población. La desigualdad puede generar malestar e inseguridad, la contaminación deteriora la salud de la población y afecta a la productividad de los trabajadores y, por tanto, a la economía, y los desastres naturales pueden alterar el estilo de vida de las personas. La contaminación del aire no es solo un problema urbano que perjudica la salud de millones de personas, sino que también afecta a los pueblos y las zonas rurales.

¿Y si dejamos que las ciudades crezcan orgánicamente?

Los enormes barrios marginales, la congestión del tráfico, las emisiones de gases de efecto invernadero y la proliferación de suburbios en todo el mundo son algunas de las consecuencias del desarrollo urbano no planificado.
Al apostar por la sostenibilidad, elegimos construir ciudades en las que todos los ciudadanos tengan una calidad de vida digna y formen parte de la dinámica productiva de la ciudad, lo que genera prosperidad compartida y estabilidad social sin dañar el medio ambiente.

¿Sale caro implementar prácticas sostenibles?

En comparación con los beneficios, el coste es mínimo. El coste de crear una red de transporte público funcional, por ejemplo, es elevado, pero los beneficios en términos de actividad económica, calidad de vida, medio ambiente y éxito general de una ciudad interconectada son aún mayores.

¿Qué puedo hacer para contribuir a lograr este objetivo?

Participe activamente en la administración y gestión de su ciudad. Defienda el tipo de ciudad que cree que necesita.


Defina el concepto general de su edificio, calle y barrio, y actúe en consecuencia para conseguirlo. ¿Hay suficiente trabajo? ¿Pueden caminar sus hijos al colegio de forma segura? ¿Puede salir a pasear con su familia por la noche? ¿A qué distancia está la parada de transporte público más cercana? ¿Es buena la calidad del aire? ¿Cómo son los espacios públicos compartidos? Cuanto mejores sean las condiciones en que se desenvuelve la comunidad, mayor será el efecto sobre la calidad de vida.

Contesta en tu cuaderno

Explica la relación que existe entre transformar nuestras ciudades en Smart Cities con el ODS 11

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